Los métodos informales de participación pública son los que se producen como parte de la interacción humana rutinaria, fuera de las instituciones políticas, y pueden implicar el diálogo, la toma de decisiones colectiva y la deliberación.
Objetivos
A diferencia de las formas «institucionalizadas» de participación, los métodos informales de compromiso se llevan a cabo en el día a día como parte de la interacción humana rutinaria. Aunque la participación informal tiene lugar fuera de las instituciones políticas, los tipos de interacción pueden ser los mismos, incluyendo el diálogo, la deliberación, la toma de decisiones en colaboración, etc.
La participación informal tiene lugar en la esfera privada, pero sus efectos a menudo se manifiestan o influyen en las acciones y los actores de la esfera pública y los espacios de poder político. Los propósitos generales por los que los individuos se involucran en la participación informal son:
- Compartir conocimientos
- Creación de capacidades
- Capital social y creación de redes
- Acuerdos colectivos y toma de decisiones
Consejos
Según el Marco de Desarrollo de la Capacidad Comunitaria, la capacidad comunitaria se construye y opera a través de formas y procesos de participación y compromiso tanto formales como informales. La capacidad comunitaria es un concepto fundamentalmente democrático, que se define como «la interacción del capital humano, los recursos organizativos y el capital social existentes en una comunidad determinada, que pueden aprovecharse para resolver problemas colectivos y mejorar o mantener el bienestar de esa comunidad». La participación informal contribuye a la capacidad comunitaria mediante la creación de capital social, el fortalecimiento de las capacidades individuales, la formación de redes de confianza y colaboración, y el aumento del conocimiento y el uso de los canales formales de participación pública.
En la actualidad, la investigación sobre las formas informales de participación es escasa, a pesar de su ubicuidad tanto en el Norte como en el Sur Global. En un meta-análisis de 100 estudios sobre la participación ciudadana en 20 países, John Gaventa y Gregory Barrett descubrieron que la participación cívica se llevó a cabo a través de canales formales sólo en el 19% de los casos, mientras que la participación informal -incluyendo movimientos y campañas sociales, y asociaciones locales- se utilizó en el 58%. No es sorprendente que el 78% de los casos que utilizaron formas informales de participación se encontraran en los países menos democráticos, donde los canales formales de participación son a menudo inexistentes, exclusivos, y/o proporcionan poco poder político a los participantes. La definición de «asociaciones locales» es amplia, pero representa fielmente la participación informal, que incluye procesos como la organización comunitaria de base y la pertenencia a organizaciones vecinales o comunitarias. Sin embargo, la conclusión de Gaventa y Barrett de que «la importancia de las asociaciones locales como herramienta para la construcción de la ciudadanía y la obtención de la capacidad de respuesta del gobierno… es un factor que merece mucha más atención» quizá no sea más cierta que en relación con los usos verdaderamente informales y cotidianos de la participación. El trabajo de campo y las entrevistas sobre el terreno con la población local están en curso, por lo que el análisis de la participación informal es, esperemos, inminente.
Procedimiento
El proceso de selección y la demografía a la que se dirigen dependen de la finalidad de las formas de participación formales e informales. Las diferencias radican en el contexto: la participación informal tiene lugar en la esfera privada y, por lo tanto, es a una escala mucho menor. Además, no suelen emplearse técnicas de selección como el muestreo o el uso de controles aleatorios (al menos no de forma sistemática o consciente). Los participantes suelen ser elegidos entre su propio grupo social o se involucran por pura circunstancia. Una de las similitudes entre las formas de participación informales y las formales e institucionalizadas es que tienden a seleccionarse entre quienes tienen un interés en las decisiones tomadas o en las acciones emprendidas. Normalmente, los elegidos para participar se benefician de alguna manera de la interacción.
Las formas informales de participación no difieren significativamente de sus homólogas formales, ya que incluyen el diálogo, la deliberación, el compromiso de colaboración y la toma de decisiones colectiva. Las diferencias entre los métodos y las herramientas radican en el contexto (la esfera privada, más que la pública o la política) y en el modo en que se emplean (mediante el método de ensayo y error, la observación o la intuición, más que la formación formal o la experiencia en facilitación). La participación formal suele adoptar la forma de «eventos» o compromisos estructurados y planificados de antemano que siguen un programa establecido y son supervisados y gestionados por facilitadores formados. En cambio, la participación informal suele iniciarse de forma espontánea o en función de las necesidades a lo largo del día y, como tal, se basa en las habilidades interpersonales y conversacionales de sus participantes, adquiridas a través de la socialización.
Algunos ejemplos de participación informal son:
- Un individuo busca el conocimiento de aquellos que tienen experiencias similares o, por el contrario, busca obtener la comprensión de aquellos que provienen de entornos o situaciones sociales diferentes
- Un individuo inicia diálogos y debates individuales o de grupo sobre temas cuya interpretación y comprensión es importante para ambas partes.
- Un individuo consulta a quienes tienen más conocimientos o experiencia antes de tomar una decisión
- Un individuo se compromete con otros (de ideas afines o no) para obtener apoyo para una acción colectiva
- Un individuo intenta convencer a otros mediante la persuasión racional e informada para llegar a una decisión mutuamente beneficiosa o apoyada
Metodología extraída de Participedia.
Fuente de imagen: Bangthetable