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Evaluación

Auditoría Social (o Cívica)

La Social Auditing (Auditoría Social o Auditoría Cívica) implica el monitoreo y la evaluación de políticas y programas por parte del público. Es la práctica de los esfuerzos dirigidos por los ciudadanos para definir medidas de impacto, monitorear la implementación de políticas o proyectos, y reunir evidencia sobre la prestación de servicios. El término ha estado en uso desde la década de 1950, pero la práctica desde hace mucho menos, especialmente dentro de las naciones en desarrollo. En los últimos años, la nueva tecnología ha facilitado el uso de la Auditoría Social al permitir a los responsables de la formulación de políticas recabar los comentarios de los ciudadanos a gran escala y en tiempo real, como otras muchas de las metodologías actuales.

La Auditoría Social tiene el potencial de mejorar la prestación de servicios existentes y guiar la formulación de políticas futuras. Generalmente es utilizada por la sociedad civil u organizaciones no gubernamentales para evaluar el desempeño externo e interno de sus programas y servicios y para monitorear la corrupción gubernamental a nivel de base.

Procedimiento:
Reclutamiento y selección de participantes:

Los participantes en la Auditoría Social son miembros del público. El objetivo de realizarla es ir a la base de la población y descubrir qué necesitan las personas y qué obtienen. El alcance de la participación puede variar según la entidad organizadora y sus objetivos.

Proceso, interacción y toma de decisiones:

Generalmente es liderada por un organismo gubernamental o no, e implica alistar a miembros del público en la medición y el desempeño de políticas y programas. Según Neil Andersson, de la Universidad Autónoma de Guerrero, el proceso puede dividirse en dos fases: 

Fase 1- Diseño y recopilación de datos:

  • Aclarar el enfoque estratégico.
  • Analizar datos existentes para identificar brechas y generar preguntas operativas.
  • Definir las muestras de población, diseñar instrumentos y realizar pruebas piloto.
  • Recopilar información de hogares, instituciones e informantes clave en un panel de comunidades representativas.
  • Vincular el servicio público y los datos del hogar, analizar de una manera que apunte a la acción.

Fase 2- Evidencia de socialización para la acción participativa:

  • Llevar los hallazgos a las comunidades para conocer sus puntos de vista sobre cómo mejorar la situación.
  • Resumir información para políticas y gestión.
  • Capacitación basada en evidencia de planificadores, proveedores de servicios y medios.
  • Asociaciones con la sociedad civil.
Influencia, resultados y efectos:

Al contar con la ayuda del público en la auditoría de políticas y programas, las organizaciones obtienen valiosos comentarios sobre el terreno de los usuarios finales. El proceso en sí puede ayudar a generar confianza pública al facilitar la rendición de cuentas y la transparencia, mientras que los resultados permiten a los responsables políticos y gerentes de proyectos monitorear y mejorar su desempeño.

Análisis y lecciones aprendidas:

Consejos para garantizar que la Auditoría Social sea exitosa:

  • Asegurarse de que los participantes entiendan lo que se les pide.
  • Tener un actor institucional listo y dispuesto a responder a los resultados, de lo contrario, los esfuerzos de la comunidad de auditoría social no conducirán a resultados.

Metodología extraída de Participedia.